Economía de África

17.06.2012 19:42

 

La Economía de África se basa en el comercio, la industria y los recursos naturales y humanos del continente. También En África conviven dos tipos de economía una tradicional y de subsistencia, y otra capitalista dirigida el comercio internacional. Los enclaves más desarrollados suelen estar en la costa, en torno a los grandes puertos y en las regiones ecológicamente favorables para las plantaciones, además de en las zonas mineras.

La agricultura es el principal sector de actividad en África. La agricultura africana se debate entre dos modelos: el tradicional de subsistencia y el desplantación. La titularidad de las plantaciones ha cambiado de mano tras la independencia; y están en manos autóctonas. Esto obliga a asumir los riesgos de un fracaso en la obtención del producto.

La ganadería es otro de los recursos tradicionales de la economía africana; sin embargo, en gran parte de África, fuera de la sabana, no existen pastos. No obstante, es una ganadería muy local.

La pesca es un recurso tradicional muy extendido, sobre todo la pesca en ríos y lagos, pero apenas supone nada en la economía de los países. Sin embargo, en África están algunos de los bancos marinos más ricos del mundo, como los de la costa mauritana, pero están explotados por flotas extranjeras.

La minería y la selvicultura son dos actividades extractivas de gran importancia económica, ya que sus productos están destinados a la exportación. Son las grandes empresas las que controlan esta actividad. En general los productos que extraen son de alto valor añadido.

De África se extrae: hierro, manganeso, cobre, petróleo, gas natural, bauxita, uranio, oro, diamantes, etc.

También se explotan los árboles de maderas tropicales exóticas. El bosque ecuatorial es esquilmado y arrasado en busca de ciertos árboles.

La industria africana está muy poco desarrollada. Gran parte de la industria se dedica a la producción de bienes de poco valor añadido. La mayor parte de las industrias, salvo en Sudáfrica, son de capital extranjero.

Las comunicaciones en África son difíciles y escasas. La infraestructura viaria, en gran medida, está abandonada desde los tiempos coloniales, faltan inversiones para mantenerlas y crear otras nuevas. En general, las comunicaciones con el interior son muy malas pero mejoran en cuanto comunican las regiones productoras y mineras con la costa.

Amplias zonas de África se encuntran en guerra más o menos intermitentemente, o están bajo dictaduras poco estables o regímenes islámicos. Las inversiones en África tienen muy pocas garantías.

La población en África está muy irregularmente repartida. La mayor parte del continente es un auténtico desierto demográfico. El delta del Nilo, la cuenca baja del Níger, la región de Johannesburgo-El Cabo, y las grandes ciudades capitales de país, son las zonas más densamente pobladas.

Existen enormes diferencias entre ricos y pobres dentro del mismo país, lo que genera desigualdad y violencia social. Las enormes diferencias sociales y entre regiones hace que la emigración sean una constante en África. Están provocadas por el hambre, la miseria, la falta de recursos, o son forzosas a causa de la guerra. Se emigra es del campo a las ciudades capitales, y luego, si es posible, a Europa.

Las ciudades más grandes de África son:

*El Cairo, 15.900.000 h (Egipto),
*Lagos, 13.400.000 h (Nigeria),
*Kinshasa, 7.500.00 h (Congo),
*Casablanca, 5.000.000 h (Marruecos),
*Ibadan, 3.900.000 h (Nigeria),
*Johannesburgo, 3.500.000 h (Sudáfrica),
*El Cabo, 3.000.000 h (Sudáfrica),
*Luanda, 2.776.168 h (Angola),
*Nairobi, 2.750.561 h (Kenia) y
*Jartum, 1.000.000 h (Sudán).

 

 

En general el continente africano apenas aporta el 2 % de la producción mundial. La economía se basa en el sector primario, en una industria poco desarrollada y en un sector servicios muy débil.

África es, de lejos, el continente habitado más pobre. Aunque algunas partes han mejorado en los últimos años, de los 175 países estudiados en el Human Development Report de Naciones Unidas en 2003, 25 países africanos se encuentran en el ranking de los peores del mundo en cuanto a desarrollo humano.

Esto es en parte debido a su turbulenta historia: La descolonización de África fomentó mucho la inestabilidad política, agravada por la guerra fría. Desde mediados del siglo XX, la guerra fría, el incremento de la corrupción política y el despotismo, han contribuido a la economía tan pobre que existe en África.

El mayor contraste en términos de desarrollo ha sido entre África y la economía de Europa. El African Economic Outlook destaca el hecho de que el comercio entre África y China se ha multiplicado por 10 desde 2001, con un montante de 7.000 millones de euros (alrededor de 100.000 millones de dólares) en 2008. Las economías de China e India han crecido rápidamente, mientras Latinoamérica ha experimentado un crecimiento moderado, obteniendo millones por encima de la mera supervivencia. En contraste, en la mayor parte de África la economía se ha estancado e incluso decrementado en términos de comercio exterior, inversiones, renta per cápita y otros valores de crecimiento económico.

La pobreza ha repercutido sobre casi todos los demás campos, lo que incluye la disminución de la esperanza de vida, el incremento de la violencia y el aumento de la inestabilidad, que perpetúan los problemas de crecimiento del continente.

Año tras año, ha habido muchos intentos infructuosos de mejorar economías a escala nacional en diferentes países, de hecho, los datos más recientes sugieren mejoras en algunas partes del continente que experimentan un crecimiento por encima de la media. Según el banco mundial, los países subsaharianos han crecido a tasas parecidas a la media mundial.

Las economías que más deprisa han crecido han sido las de Mauritania con un crecimiento del 19,8%, Angola con un 17,6%, Sudán con un 9,6%, Mozambiquecon un 7,9% y Malawi con un 7,8%.5 Muchas agencia internacionales están confirmando su interés en estas nuevas y emergentes economías, especialmente en un momento de crisis financiera mundial como la actual crisis financiera.

 

Impedimentos al crecimiento

El fracaso económico africano ha sido largamente debatido tanto en África como fuera. Se ha intentado muchas veces resolver la pobreza, pero pocas veces, esos intentos han tenido algún grado sustancial de éxito. Algunos impedimentos barajados han sido la autarquía en determinados países, las ayuda externas, el socialismo (véase African socialism) o el liberalismo.

El neoliberalismo y la situación económica africana

En la década de 1980, las ideas socialistas fueron descartadas y se eligió el neoliberalismo como ruta de salvación el cual fue elaborado durante el Consenso de Washington.

En 1990, cuarenta países subsaharianos convinieron seguir las pautas rigurosas de los planes neoliberales del FMI. Las recomendaciones del FMI hicieron caer las divisas del continente un promedio del 50%, promovieron la venta de las industrias de propiedad estatal y el recorte de los gastos públicos. Veinte años después, estos métodos se han demostrado con tan poco éxito como los planteamientos socialistas de la época anterior. El crecimiento medio pasó del 2,3% al 2,8% anual, sólo un puñado de estados alcanzaron mejores niveles de riqueza y muchos otros se empobrecieron aún más a lo largo de la década de 1990.

Hoy en día existe una gran controversia sobre las razones por las que todo esto falló.

Una escuela de pensamiento propone que las reformas fallaron debido a que éstas eran tan sólo de carácter económico, sin ahondar en la democracia y el estado de derecho, sin los cuales, el desarrollo no ocurre. La corriente liberal de la escuela austriaca centra su crítica en la falta de medidas para combatir posciclos que provocan crisis, que en el caso de la mayoría de los países africanos, estas crisis son constantes y la miseria también. Los críticos del neoliberalismo argumentan que los problemas económicos de África fueron causados por la aplicación de las pautas dictadas por el FMI.

 Hay que tener en cuenta que mientras el llamado primer mundo insistía en que África abriera sus mercados y eliminara los subsidios públicos, el primer mundo no hacía lo mismo respecto a la importación de bienes agrícolas de África ni eliminaba sus propios subsidios agrícolas.

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